Elecciones 2012
Elecciones 2012, ¬ Augusto Corro miércoles 9, May 2012Punto por punto
Augusto Corro
En Guadalajara, Jalisco, se anima la contienda electoral.
Una joven candidata perredista a diputada federal, Natalia Juárez, decidió participar con una propaganda muy singular: mostrarse en topless. Es decir, desnuda de la cintura para arriba.
Que se sepa, es la primera vez que una política mexicana rompe los tabús de la grilla y de los convencionalismos, en una zona donde una gran mayoría de jaliscienses es conservadora.
La aspirante junto a un grupo de amigas y todas decidieron quitarse las blusas, se dejaron las faldas y los pantalones para posar en los anuncios espectaculares.
Natalia es una mujer con una trayectoria brillante como profesionista. Es entre otras cosas la coordinadora de la carrera de filosofía en la Universidad de Guadalajara (UdeG). Su doctorado lo hizo en Barcelona.
Con su cabellera a la afro y una sonrisa de oreja a oreja, y el ombligo al aire, en el grupo de amigas, en topless, la fotografía luce singular y fresca por sus principales ingredientes: juventud y sexualidad.
Aparte de buscar una forma diferente de hacer política, la doctora dijo que decidió entrarle a la “grilla” para luchar contra el desempleo.
En otras partes del mundo, la participación de la mujer en topless o desnuda totalmente tiene sus capítulos especiales.
Allá por los ochentas, en Italia, Ilona Staller, una ex estrella porno húngara, logró colarse en el parlamento italiano.
Sus atributos pectorales ubérrimos la ayudaron a triunfar en la política de la tierra de Il Cavalliere, Silvio Berlusconi.
Illiana Staller, mejor conocida como la “Cicciolina” fue diputada desde 1987 hasta 1992.
A sus 60 años de edad, la legisladora luce bella, como todas aquellas mujeres centroeuropeas tocadas del halo divino.
En otra ocasión, a principios del siglo XI en la Inglaterra de la caballería andante, una joven esposa utilizó la desnudez de su cuerpo para ayudar a los pobres.
Lady Godiva se llamó aquella compasiva mujer que tuvo que montar su yegua como Dios la trajo al mundo y recorrer el pueblo de Coventry, al filo del medio día.
Su esposo, uno de esos funcionarios ambiciosos, castigaba con impuestos desorbitados a sus vasallos.
Lady Godiva le suplicó que le aflojara a la carga impositiva. El conde, que así se desempeñaba, Leofric dijo que con mucho gusto aceptaba esa petición, pero a cambio de que ella recorriera desnuda y a caballo el pueblo o aldea.
Ni lo pensó dos veces. Lady Godiva se despojó de crinolina, blusones y faldas y montó la yegua que sintió, seguramente, el peso ligero de la dama.
Total, la mujer cumplió con la exigencia del marido y los impuestos disminuyeron. Después, el celoso cónyuge se llevó un buen tiempo investigando si algún aldeano se había atrevido a ver a su mujer, sin llevar en el cuerpo nada que la cubriera. Ni siquiera una ligera hoja de parra.
Ojalá y se multipliquen esos ejemplos de mujeres osadas que se sacrifican por ayudar al prójimo.
Si usted sabe de esas campañas políticas de candidatas valientes y sin prejuicios que luzcan en topless, no deje de avisarnos. Se lo agradeceremos, cumplidamente, no quepa duda.
El otro asunto está relacionado también con la joven Julia Orayen, que en semitopless intervino en el debate de los candidatos presidenciales.
Digo semitopless, porque los senos se encontraban medio cubiertos con su vestido blanco aperlado. Así se me figuró: algo parecido a un modelo halter, que partía del cuello, con una apertura en forma de pera, que dejaba casi al descubierto los atributos femeninos, generosos, de la joven Julia.
Con el pelo suelto y su andar cadencioso fue la atención de propios y extraños. Entre los propios estaba el candidato Quadri que se echó un taco de ojo cuando la edecán pasó cerca de su atril.
Los chicos de las redes se percataron de la presencia de esa guapa mujer e hicieron lo conducente: se creó una cuenta en Twitter y ahora Julia y sus atributos son más conocidos que muchos aspirantes a cargos de elección popular.
No soy ni la primera, ni la única persona que vota porque el Instituto Federal Electoral (IFE) se encargue de realizar concursos de belleza: locales, nacionales e internacionales. El buen sabor de boca que dejó con la presentación de Julia, es más que suficiente.
Imagínese, usted, amable lector, que el mencionado instituto con todo ese presupuesto millonario que maneja, ¿Cómo le iría como promotor de concursos de belleza? Haría un papel digno de reconocimiento universal, ¿por qué no?
En fin, Julia Orayen, claro de origen argentino, según sus biógrafos, goza de una experiencia en eso del erotismo. Se le da pues.
Con su pelo suelto o sin él, en cascada sobre sus hombros, sin ropa alguna, ya hizo sus pininos en fotografías de revistas para caballeros. Una opinión personal: luce muy bien.
Espero que las críticas destructivas no influyan en el ánimo de los consejeros del IFE y en el segundo debate lleven más edecanes con vestidos, tan o más atrevidas que el que lució la bella Julia.